Por Martina Russo: Nutricionista Zagros Sports

Si estás comenzando a hacer ejercicio, una buena alimentación te ayudará a obtener mejores  resultados, alcanzar más rápido tus objetivos y mantenerte saludable. Aquí te enseñamos algunos consejos básicos de nutrición y hábitos saludables para mejorar tu salud: 

  1. Alimentación Equilibrada 

Para optimizar tu rendimiento y recuperación, es clave incluir en tu dieta: 

Proteínas magras (pollo, pescado, huevos, legumbres, tofu) para la recuperación  muscular. También es importante variar las fuentes de proteínas para obtener un perfil  completo de aminoácidos esenciales. 

Carbohidratos complejos (avena, arroz integral, quinoa, batata) para energía sostenida. Es  recomendable evitar carbohidratos refinados que puedan generar picos de glucosa. – Grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva, pescados azules) para la  función celular y hormonal. Incluir fuentes de omega-3, como semillas de chía o linaza, es  fundamental para reducir la inflamación. Además de ser fundamental para la salud  cardiovascular. 

Verduras y frutas, esenciales para aportar vitaminas, minerales y fibra. Se recomienda  consumir al menos cinco porciones al día, variando los colores para asegurar un amplio  espectro de nutrientes. Esto te ayudará a obtener energía de fuentes naturales y a tu salud  gastrointestinal. 

Lácteos y derivados como el yogur natural, griego, leche, quesos o bebidas vegetales  fortificadas, que aportan calcio, grasas y proteínas. 

  1. Hidratación 

Mantente bien hidratado antes, durante y después del ejercicio: 

– Se recomienda beber 2-3 litros diarios, aumentando la cantidad en altas temperaturas o si  sudas mucho. 

– Prioriza beber aguas en lugar de consumir bebidas azucaradas, gaseosas o alcohólicas. – En ejercicios prolongados, considera reponer electrolitos con bebidas naturales como agua de  coco. 

  1. Comidas Antes y Después del Ejercicio 

Antes del ejercicio: Consume carbohidratos y algo de proteína para obtener energía.  Ejemplo: plátano con yogur o pan integral con pavo. 

Después del ejercicio: Consume proteína y carbohidratos para una mejor recuperación.  Ejemplo: batido de proteínas con avena o pollo con arroz integral. 

Durante el día: Asegura un equilibrio entre macronutrientes y micronutrientes, incorporando  fibra, antioxidantes y suficientes calorías para cubrir tus necesidades energéticas. 

  1. Evita Ultraprocesados y Azúcares Añadidos:  

Reduce el consumo de comida rápida, refrescos, dulces y productos con harinas refinadas. Opta  por opciones naturales y frescas siempre que sea posible. Prioriza alimentos en su estado natural,  como frutas enteras en lugar de jugos procesados. 

  1. Organización y Planificación 

– Diseña un plan de comidas y entrenamientos para mantener la constancia.  – Prepara tus comidas con anticipación para evitar elecciones poco saludables.  Establece horarios fijos para entrenar y descansar adecuadamente. 

– Mantén un registro de tus hábitos alimenticios para detectar áreas de mejora.

  1. Descanso y Recuperación 

– Duerme entre 7-9 horas cada noche para optimizar la regeneración muscular y la producción  hormonal. 

– Alterna días de entrenamiento intenso con sesiones más ligeras o descanso activo. – Incorpora estiramientos, movilidad o yoga para prevenir lesiones. 

– Evita cenas copiosas que dificulten la calidad del sueño. 

  1. Escucha a tu Cuerpo 

– Ajusta tu alimentación e hidratación según tu nivel de actividad. 

– No ignores señales de fatiga o dolor excesivo; el descanso es tan importante como el ejercicio. – Aprende a diferenciar entre el hambre real y el hambre emocional para mantener una  alimentación consciente. 

Siguiendo estos principios, maximizaras tu rendimiento, evitarás lesiones y te sentirás con más energía. La clave está en la constancia y el equilibrio en la alimentación y el ejercicio.