Dejar de fumar entrenando

Si se ha decidido a dejar de fumar, enhorabuena, porque ha tomado la más sabia decisión para su salud. Desde el primer momento notará los beneficios de abandonar el tabaco, y le aportamos un dato: después de solo tres años desde el último cigarrillo, el riesgo de padecer un ataque al corazón e ictus, es prácticamente igual al de una persona que nunca haya fumado, y después de 15 años podemos decir que la expectativa de vida es prácticamente igual a la de un no fumador. Con estos datos podemos decir: nunca es tarde, pero mejor déjelo ya.

El ejercicio físico: Nuestro mejor aliado

El ejercicio físico puede convertirse en una gran ayuda en el proceso, ya que nos ayuda con las dificultades físicas y psicológicas que van a surgir durante el proceso.

  • Va a ayudarnos a regular el aumento de peso que siempre se da cuando dejamos de fumar.
  • El ejercicio físico, especialmente el aeróbico moderado (60-75% del VO2 Máx), reduce las ganas de encender el siguiente cigarro.
  • Mejora el humor, que puede verse afectado por la ansiedad producida al dejar el tabaco.
  • Reduce los síntomas del “desenganche” de la nicotina.
  • Acelera los efectos beneficiosos de dejar el tabaco, por lo que se convierte en el mejor motivador que podamos tener.

Como empezar con el ejercicio

El mayor problema con el que nos podemos encontrar al comienzo, es la reducida capacidad pulmonar debida al tabaquismo, pero como decimos al principio de la frase, ese problema es en el comienzo. Al poco tiempo de dejar el tabaco y seguir con nuestro programa de ejercicio, sentiremos un aumento muy notable de la capacidad pulmonar, por lo que el ejercicio se hará más motivante y satisfactorio. Por esta razón recomendamos:

  • Empezar con ejercicio de baja intensidad, pero que podamos soportar durante unos 30’ al menos.
  • Según vamos realizando sesiones, aumentar la intensidad antes que el tiempo. Esto nos dará una mejor percepción del entrenamiento.
  • Marque el entrenamiento como algo obligatorio en su día, y sume todos los esfuerzos posibles a lo largo del mismo. Si además de mi programa de entrenamiento puedo sumar esfuerzos realizando diferentes tareas cotidianas, más reduciremos la ansiedad por la falta de nicotina.
  • Elija actividades que realmente disfrute. Si le gusta más pedalear que correr, insista en la bicicleta.
  • Intente añadir al entrenamiento ejercicios de fuerza. Evite al principio la ejecución en circuitos sin pausa. Mejor, al principio, una pauta de series de 10 a 15 repeticiones con o 30-60” de recuperación.
  • Introduzca después de unas pocas sesiones alguna actividad grupal. Verse con otras personas haciendo la misma actividad, le ayudará a estimar mejor su estado actual y plantearse nuevos objetivos.
  • Siempre elija la hora del día que mejor se adapte a su horario.

Autor: Miguel A. Rodríguez